domingo, 17 de marzo de 2013

Leyendas urbanas: La enfermera


Una leyenda urbana es un relato que pertenece al folclore contemporáneo o tradición popular, contiene elementos sobrenaturales o inverosímiles pero es presentado como un hecho real sucedido en la actualidad.
Una misma leyenda urbana puede tener infinidad de versiones y situarla en el entorno de aquellos que las narran.
La Leyenda de la planchada es probablemente una de las más populares de México. Narra la historia de una enfermera fantasmal que vaga por los pasillos del hospital y atiende a los enfermos que necesitan ayuda médica.
Hay un hecho que personalmente he vivido y puedo decir que nada tiene que ver con una leyenda urbana, aunque pueda parecerlo.
Siendo estudiante de enfermería en segundo curso, hice prácticas en la unidad de cuidados semi intensivos.
Por aquella época la supervisora del servicio UVI/ UCI era una mujer cercana a los cuarenta años de origen holandés, alta y grande como un armario, de sonrisa afable y enfermera de corazón y vocación.




Mi primer destino con la diplomatura recién estrenada fue la unidad de prematuros y neonatos, y me entere de que a la supervisora de la UVI/ UCI le habían detectado un tumor maligno, que no supero y falleció en su  servicio rodeada de su gente al cabo de tres años.


A los quince días de su fallecimiento, la nueva supervisora me propuso un cambio de servicio, siendo aceptado por mi parte.
Pasé en este servicio los mejores años de mi vida profesional y a pesar de las complejidades siempre fueron muy gratificantes y satisfactorios.
En cierta ocasión, una paciente joven politraumatizada, debido a un accidente de moto, estuvo con sedación controlada y respiración asistida,  aproximadamente un par de meses.
Cuando mejoro y pudo comunicarse, lo primero que nos pregunto fue donde estaba “su enfermera”, la que la había cuidado todos los días.






Nosotras le contestamos que éramos un equipo, pero ella insistía,  y tanto fue así que le pedimos que explicara cómo era “su enfermera”


Tan pronto empezó a describirla, se nos puso el vello de punta, estaba hablando de Wilma.
Han pasado 28 años y todas las enfermeras de la UCI sabemos que “ella” está en el servicio y han sido muchos los pacientes que siguen preguntando por “su enfermera” preferida, y varias fueron las noches que cerraba los ojos y  le pedía ayuda en silencio.
Es un hecho que personalmente he vivido y puedo decir que nada tiene que ver con una leyenda urbana, aunque pueda parecerlo.

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