sábado, 16 de marzo de 2013

De nuevo, va por ustedes ¡¡¡¡


La balanza emocional













La química en las relaciones de Ferran Ramón-Cortés.

La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Las relaciones en cambio se crean, se destruyen e inevitablemente nos transforman.


Para entender cómo funcionan las relaciones a nivel emocional, podemos imaginar una balanza en la que ponemos, en un platillo, todo lo bueno que ocurre en el contexto de una relación (simbolizado por el oro) y en el otro, todo lo malo (simbolizado por el plomo).

Son oro actos como el reconocimiento, los agradecimientos, los halagos,  las muestras de afecto o las horas de escucha.

Son plomo actos como las críticas, los reproches, los desprecios, la falta de sinceridad o las traiciones de confianza.

Las relaciones que funcionan son aquellas en los que la balanza se inclina hacía el oro, cuando la relación se inclina hacía el plomo, estará claramente en peligro.

La teoría de la balanza emocional explica que oro y plomo no pesan igual en la balanza, el plomo pesa mucho más, ya que un acto negativo tiene siempre un impacto mayor que uno positivo.

Esto significa que para tener una relación sana, deberíamos dar, y recibir, muchos más halagos que críticas.

Sin embargo, la realidad que vivimos a diario es la contraria, ya que solemos ser más explícitos con la crítica y, en cambio, omitimos muchos halagos.

Está en nuestras manos cambiar esta peligrosa dinámica y no desaprovechar ninguna circunstancia para aportar en todas y cada una de nuestras relaciones, un poco de oro a la balanza.













Secretos de la balanza emocional



Los actos negativos siempre pesan más que los positivos

No todos percibimos con igual intensidad un acto positivo o negativo, dependen de nuestra seguridad personal y nuestra sensibilidad emocional.

Un mismo acto puede percibirse de signo contrario por personas distintas.

Hay depósitos de plomo que no se compensan añadiendo plomo, hay que vaciar la balanza para reconstruir la relación.

Hay depósitos de oro que por la intensidad con que se viven, blindan la relación e impiden que depósitos accidentales de plomo la pongan en peligro.

Una balanza emocional positiva requiere que seamos capaces de compartir nuestras emociones.

La balanza emocional no mide la cantidad de contactos en una relación, sino la calidad.

Las relaciones que han vivido momentos intensos son más fáciles de recuperar que las que no lo han hecho.

En la balanza emocional el oro atrae al oro, cuando das sin esperar nada a cambio, tarde o temprano lo recibes.

No podemos perdonar sin perdonarnos, ni querer sin querernos. Nuestra propia balanza emocional ha de ser nuestra prioridad.

Cada día tenemos centenares de oportunidades de regalar oro y alimentar la balanza emocional de nuestras relaciones más queridas o cercanas.

No las dejemos pasar.

La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Las relaciones en cambio se crean, se destruyen e inevitablemente nos transforman.

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