martes, 27 de noviembre de 2012

Cuentos, Mitos y Leyendas - Scherezade


Leyenda con mensaje

Cuentan que en tiempos remotos hubo un sultán en Persia llamado Schariar que desconfiaba tanto de sus mujeres que todos los días se casaba con una nueva y la mandaba a matar al día siguiente. El pobre Visir tenía que obedecerle sin chistar, aunque ello le causara mucha tristeza.

Él mismo tenía dos hijas a las que quería mucho: la mayor se llamaba Scherezade y la menor, muy joven aún, Dinarzada. 

Cierto día Scherezade le dijo a su padre: 

— Padre mío, si me haces la esposa del sultán, estoy segura de que lograré librar al país de muchas crueldades. 


Después de la boda, el sultán Schariar llevó a Scherezade a sus habitaciones y le ordenó que se quitara el velo, quedando hechizado por la increíble belleza de la muchacha. Le habló con cariño, pero la joven se echó a llorar desconsolada. 

— ¡Oh, gran señor! Tengo una hermana pequeña y la quiero mucho. Sé que mañana me mandarás a matar y quisiera darle un beso y contarle un cuento para despedirme de ella. 

El sultán ordenó que fueran a buscar a la pequeña, pues también a él le gustaba mucho oír contar historias. 

Y Scherezade comenzó su cuento. No había terminado aún, cuando ya empezaba a amanecer. 

— ¡Oh, gran sultán! -exclamó entonces-. Todavía no he llegado a lo más interesante y maravilloso de mi cuento. Si tú lo permites seguiré contándolo esta noche. 

Schariar, que estaba impaciente por oír cómo terminaba la historia, pensó: 

— "Hoy no puedo dar la orden de que la maten; ya lo haré cuando haya terminado el cuento". 

A la noche siguiente Scherezade terminó el cuento pero viendo que aún quedaban muchas horas para el amanecer, comenzó otro nuevo, más bonito e interesante que el anterior. 

Antes de terminarlo se hizo de día y dejó la continuación para la noche siguiente. Y así lo fue haciendo noche tras noche. El sultán, siempre ansioso de conocer el final de las historias, no se atrevía nunca a ordenar que la matasen. 

Transcurrieron mil y una noches en las que Scherezade contó mil y un cuentos. 

— Amada esposa -dijo Schariar cuando su esposa terminó el último cuento-, hace mucho tiempo que decidí que no morirías. 

Reinarás a mi lado como sultana hasta el fin de nuestros días.

Chicas, tomen ejemplo ¡¡¡¡¡¡

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