Voy hablaros
del rumor porque es parte de nuestra organización, y por su culpa o como
consecuencia de ello, una compañera de trabajo “se ha roto” y ha pedido un
descanso temporal de su puesto de trabajo.
Mark Knapp
afirma que el rumor “son noticias no controladas” que se suelen propagar
oralmente. Consiste en la repetición a distintas personas de algo que
realmente sucedió o no.
Es
comunicación informal, no respeta canales y son grandes bolas de nieve que
circulan a la velocidad de la luz.
Es necesario,
también, conocer a la gente de la organización para detectar quiénes son los
portadores de los rumores, cómo son las cadenas de la comunicación
interpersonal, y evitar que se propague por los pasillos de la organización.
El rumor
distorsiona la realidad y es como un virus que se va actualizando cada vez
que contagia a otra persona.
Necesitamos generar un antivirus del rumor; por
lo tanto, es mejor COMPARTIR la
máxima información.
(Princesas
¡¡¡, ¿tomáis nota?)
Hemos de
analizar nuestros canales de comunicación: cuáles funcionan y cuáles no.
Seamos
rápidos y claros con aquella información que es importante que el personal
conozca. Ser íntegros y coherentes.
Recordemos
que la desinformación, los rumores –fundados o infundados– tienen un coste y
éste es pagado por la propia organización; y que las palabras dentro de la
organización tiene poder creador, y ese lenguaje, construye o destruye el
futuro.
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