domingo, 24 de noviembre de 2013

Los Amantes de Teruel




Papa estrenaba coche y para hacerle kilómetros, decidió acercarse hasta la provincia de Teruel.

Teruel es una ciudad española situada en el sur de Aragón, en la zona centro-oriental de España.
Posee un importante patrimonio artístico mudéjar  (parte del cual ha sido reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad).
Es la capital de provincia menos poblada de España (35.841 habitantes en  2012).
Se encuentra en la confluencia de los ríos Guadalaviar (o Turia) y Alfambra, con una altitud de 912 m,  su clima se caracteriza por inviernos fríos y veranos cálidos y secos.
Entre sus atractivos turísticos se encuentran sus edificaciones mudéjares, el mausoleo de los Amantes de Teruel, El Torico y el centro paleontológico Dinópolis.





Y,  este fue el primer viaje que realice con mis padres para estrenar nuevo coche después de perder nuestro vieja y divertida Isetta. 


La historia o leyenda de los Amantes de Teruel cuenta la historia de amor entre Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla.

 En Teruel un joven llamado Juan Martínez de Marcilla, se enamoró de Isabel, hija única de Pedro Segura un hombre muy acaudalado.

El joven dijo a la doncella que como su padre tan sólo le despreciaba por la falta de dinero, que si ella lo quería esperar cinco años él iría a trabajar por mar y por tierra para poder ganar dinero, y, peleando contra los moros regreso habiendo ganado cien mil sueldos.

Mientras tanto Isabel dio a entender a su padre que había hecho voto de virginidad hasta los veinte años, diciendo que las mujeres no debían casar hasta que pudiesen y supiesen dirigir su casa.

El padre como la amaba la quiso complacer.

Ella, viendo que el plazo de los cinco años había pasado y no sabía nada del enamorado, dijo que aceptaba casarse y al poco tiempo el padre la desposo.

Cuando el enamorado se enteró de lo sucedido, se puso tras el lecho de su amada ya casada y le dijo

-Bésame que me muero-

-No quiera Dios que yo falte a mi marido-

-Bésame que me muero-

-No quiera Dios que yo falte a mi marido-

Entonces el cayó muerto
.
Ella, que lo veía como si fuera de día por la gran luz de la habitación, se puso a temblar y despertó al marido diciendo que roncaba tanto que le hacía sentir miedo, que le contase alguna cosa.

Y él le contó una burla.

Ella dijo que quería contar otra. Y le contó lo ocurrido y de cómo con un suspiro Juan había muerto.

-Oh! Malvada, y ¿Por qué no lo has besado?-

-Por no faltar a mí marido-

-Eres digna de alabanzas, pero si las gentes saben que aquí ha muerto, dirán que yo lo he matado y seré puesto en gran apuro-

Acordaron en llevárselo a casa de su padre sin ser vistos ni oídos por nadie.

Cuando Isabel pensó en lo mucho que la quería Juan y en todo lo que había hecho por ella, quiso ir a darle su último beso a la Iglesia del Señor San Pedro.

Las mujeres honradas se levantaron cuando ella llego, pero Isabel no se preocupó de otra cosa más que de ir hacia el muerto. Le descubrió la cara y apartando la mortaja le besó tan fuerte que allí murió.

El marido les contó a todos lo que ella le había contado y acordaron enterrarlos juntos en una sepultura.



Desde 1996 se celebra en Teruel, como recordatorio de la tradición, la festividad de Las Bodas de Isabel de Segura.






Y,  este fue el primer viaje que realice con mis padres para estrenar nuevo coche después de perder nuestro vieja y divertida Isetta. 





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