Los pecados
capitales (dan origen a otros muchos pecados), son una clasificación de los
vicios que se menciona en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar
acerca de la moral cristiana.
Al principio del cristianismo se enumeraron ocho pecados capitales, pero
fue el papa Gregório Magno, quien acunó los siete que siguen:
La Lujuria
Se considera el pecado producido por un deseo sexual desordenado e
incontrolable. Actualmente se considera lujuria la adicción al sexo.
La Gula
Se considera el consumo excesivo irracional o innecesario tanto de bebida
como de comida, así como ciertas formas de comportamiento destructivo.
La Avaricia
Es un pecado de excesos, que visto por la iglesia solo aplica a la adquisición
de riquezas, pero que abarca la deslealtad, la traición, el soborno, el robo y
el asalto.
La Pereza
Es un pecado metafísico ya que se refiere a la incapacidad de aceptar y hacerse
cargo de la existencia de uno mismo. Es una tristeza de ánimo que nos aparta de
nuestras obligaciones a causa de los obstáculos y dificultades que encontramos.
Es pecado mortal cuando se opone directamente a la caridad que nos debemos
a nosotros mismos y al amor que debemos
a Dios.
La Ira
Es un sentimiento no ordenado, ni controlado de odio y enfado. Son una
negación vehemente de la verdad, impaciencia con los procedimientos legales,
deseo de venganza, fanatismo político y religioso. Intolerancia y discriminación
por razones de raza y religión. El genocidio.
La envidia
Al igual que la avaricia es un deseo insaciable, pero mientras que la
avaricia se relaciona más con bienes materiales, la envidia es algo más
general.
Los envidiosos desean algo que alguien tiene y perciben que a ellos les
hace falta, y, disfrutan con el mal ajeno.
La soberbia
Es considerado el más serio de los pecados capitales y de hecho es l
principal fuente de la que derivan los otros.
Se define como la sobrevaloración del YO respecto de otros. Es la creencia
de que todo lo que uno dice y hace es superior y que es capaz de superar todo
lo que digan o hagan los demás. La prepotencia y la vanidad son
particularidades de la soberbia.
Cada pecado tiene asociado un demonio que fue
clasificado por Peter Binsfeld en 1589
Lujuria: Asmodeo
Gula: Belcebú
Avaricia: Mammon
Pereza: Belfegor
Ira: Amon
Envidia: Leviatán
Soberbia: Lucifer
En Marzo del 2008, el cardenal Gianfranco Girotti presenta a la prensa un
listado de pecados sociales que no han creado dogma
Realizar manipulaciones genéticas
Llevar a cabo experimentos con seres humanos, incluido
embriones
Contaminar el medio ambiente
Provocar injusticia social
Causar pobreza
Enriquecerse a expensas del bien común
Consumir drogas
Pero toda sabiduría es completamente ofuscada por el brillo de la vanidad
( La Quinta montaña)
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