As meigas non existen pero haberlas haylas
Con diez años me llevaron al pueblo de mi abuela madrina
para que me conocieran los cuatro primos que allí le quedaban, enseñarme la
casa de sus padres y visitar los puertos
de Tortosa – Beseit para disfrutar de las manadas de cabras hispánicas en su
propio hábitat.
Una tarde merendamos con su amiga de la infancia.
La señora parecía muy vieja, de piel oscura y muy curtida. Vestía
toda de negro, pero no me dio miedo porque era amiga de mi abuela y sabia escuchar.
Era una mujer sabia.
Conocía todas las hierbas y arbustos de la zona.
Sabía trabajar con las plantas y curaba con ellas.
Era la curandera del pueblo.
Yo me entretuve jugando con algo y de repente oiga que la
señora me pregunta:
-¿y con quien casaremos a esta chica tan guapa?-
-con un príncipe con caballo blanco-
Me miró fijamente y me
respondió:
-con caballo blanco no, pero con bata blanca si-
As meigas non existen pero haberlas haylas
Me gustaría decir todo lo que quiero sobre esta entrada, pero no sé cómo hacerlo, así que me limito a decir que me encanta!!!!!
ResponderEliminarBesitos!