martes, 17 de febrero de 2015

Las Arpías

En la mitología griega, las 



eran inicialmente seres con apariencia de hermosas mujeres aladas, cuyo cometido principal era hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo: valiéndose de su capacidad de volar, robaban continuamente la comida de aquél antes de que pudiera tomarla.

En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha pervivido hasta la actualidad.


A la versión básica de este mito se le fueron añadiendo nuevos detalles con el discurrir del tiempo: las Harpías ya no robaban la comida sino que la ensuciaban con sus excrementos, corrompiéndola. Pronto empezaron a ser vistas como difusoras de suciedad y enfermedad, adquiriendo así su más célebre apariencia monstruosa.



Su lenguaje se basa en una especie de gritos y cacareos muy desagradables. Sin embargo pueden entonar un canto mágico capaz de hechizar a quien lo escuche, sobre todo a humanos. Esta canción la usan cuando se ven atrapadas o cuando quieren atraer a viajeros hasta su guarida.







Disfrutan molestando a otros seres y animales, sin embargo, son bastante cobardes, sobre todo si se encuentran solas, por lo que suelen huir con frecuencia. Son muy vengativas y pueden seguir a un enemigo de forma incansable.


Pueden colaborar esporádicamente con humanos haciendo de espías.

Según el Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L. Arpía también hace referencia a una persona malvada que utiliza tretas o mañas para conseguir sus propósitos.
 
De mentalidad enjaulada manifiestan estar  oprimidas, actitud que les va de maravilla para conseguir sus planes, intentando  justificar lo que consiguen a base de no hacer nada sacando una simpatía artificial, escalando y jugando sucio.

Son insensibles a las necesidades de los demás tanto hombres como mujeres por lo que las convierte en hipócritas.








En este mundo tan plural hay Damas, Mujeres, Señoras y ARPÍAS

¿Que eres tú?



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