En
la España que aún se regía según el “Manual de Economía Doméstica para
Bachillerato y Magisterio” que en 1958 editó la Sección Femenina de la
Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Merche
fue nuestra tabla salvadora.
Ten preparada una comida deliciosa para cuando él
regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los
zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero.
Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta
en tu cabello. Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo
quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.
Durante los días más fríos deberías preparar y encender
un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Después de todo,
preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal
inmensa.
Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.
Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estress, y sus necesidades reales.
Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.
Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.
Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo en la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo interior con talante positivo.
Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño.
En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones
íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales:
si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules
la intimidad.
Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer.
Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes.
Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.
Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer.
Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes.
Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.
Era como la luz
entre los oscuros hábitos de las religiosas, por su lenguaje, por sus ropas ligeramente
varoniles, y por su corte de pelo al estilo “garçon”, por gutural voz y por su fresca
juventud.
Nacida en
Tudela, era nuestra profesora de francés y gracias a ella, se nos hicieron más
llevaderos los últimos años del franquismo que vivió el país.
Y, de la mano de
Merche y sus hermanas, conocimos Los Sanfermines.
La fiesta de San
Fermín es una celebración que tiene lugar en la ciudad de Pamplona, capital de
La Comunidad Floral de Navarra.
Del 6 al 14 de julio la palabra
"fiesta" se escribe con mayúsculas.
Cuando el "chupinazo" estalla,
la capital se transforma en una explosión de vida.
Miles de personas de todo el mundo
inundan esta ciudad que se tiñe de blanco y rojo.
La calle se convierte durante unos días
en un derroche de fraternidad, alegría, música y juerga ininterrumpida al
compás de las charangas y las peñas.
Una de las actividades más famosas es el encierro, que consiste en acompañar o conducir desde los corrales de Santo Domingo a una manada de toros hasta la plaza de toros (849 metros).
Una de las actividades más famosas es el encierro, que consiste en acompañar o conducir desde los corrales de Santo Domingo a una manada de toros hasta la plaza de toros (849 metros).
Los participantes viven los tres o cuatro minutos
más largos y emocionantes de su vida.
Antes de correr el encierro, delante
de los seis toros y ocho cabestros, los participantes piden ayuda a san Fermín
mediante unos cánticos que se entonan en la cuesta de Santo Domingo. Desde el año 2009 los cánticos se interpretan
tanto en castellano como en euskera.
La fiesta continúa con
el "caldico", el chocolate con churros, los Gigantes y Cabezudos, el
aperitivo, la corrida de toros y los fuegos artificiales.
Cada año por estas
fechas, tengo un recuerdo para “mi profe” de francés, porque para mí, las
fiestas de San Fermín van asociadas a ella.
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