lunes, 1 de julio de 2013

Irena Sendler

Irena  Sendler  (Varsovia 1910 - Varsovia 2008) fue una enfermera y trabajadora social polaca que durante la segunda guerra mundial ayudó y salvó arriesgando su propia vida a más de dos mil quinientos niños judíos de ser víctimas del holocausto.



“La razón por la cual rescate a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad”

“Conseguí para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaría, cuya tarea era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Como los alemanes tenían miedo del contagio del tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto”

Se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él.

Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos.

Comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos.

Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados.

Fue reconocida como Justa entre las Naciones (Jerusalén 1965), y se le otorgó las más alta distinción civil de Polonia La Orden del Águila Blanca (2003).


Fue candidata al Premio Nobel de La Paz en 2007, con el apoyo de las autoridades de Auschwitz ya que consideraron a Irena una heroína que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios.

Pero Irena Sendler nunca pensó que recibiría homenaje alguno por sacar a los 2.500 niños judíos del gueto de Varsovia, ni por soportar las torturas de los nazis o pasar décadas hostigada por el régimen comunista que siguió a la guerra.

Según ella lo expresó, "esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra, y no un título para recibir la gloria".



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