Enero ha sido un mes de emociones contrapuestas
que me han mantenido alejada del teclado por unos días.
La pérdida de una compañera con la que tuve el
honor de compartir momentos muy emotivos en su último mes de vida, me ha llenado de una profunda tristeza, y la
conocida frase
ha cobrado un sentido especial.
Se fue serena y tranquila y, el recuerdo de su última mirada aún me rompe
el corazón.
Rezare al señor para que sea el guardián de tu
alma.
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