Todo
empezó en la mesa de la cocina un sábado al mediodía, con una conversación
informal, divertida y un reto provocador del escritor aficionado que se resume
con la frase: Mamá ¿tú no puedes ser bloguera?.
Estoy
sorprendida, porque, para lo que para mí, es una simple distracción
y sin ningún tipo de interés he conseguido tener 10.000 visitas y nadie puede
imaginarse lo mucho que esto motiva y lo mucho que enriquece.
De
ello hace ya 7 meses y este es mi post número 100 y me gustaría dedícaselo a
estas 10.000 personas que con intención o por casualidad han pinchado el enlace
y me han leído.
España, México,
Argentina, Chile, Perú, Colombia, Guatemala, El Salvador, Uruguay, Ecuador,
Honduras, Venezuela. Panamá. Canadá, Estados Unidos, Japón, Indonesia, Australia, Francia, Países Bajos,
Alemania, Eslovenia, Emiratos Árabes y Rusia.
La
felicidad es la paz interior
(Resumen de un artículo de
Jorge Bucay)
La
felicidad nada tiene que ver con el deseo de dejar de ser lo que cada uno es,
sino, por el contrario, con ser auténticamente uno mismo.
El
camino que conduce a la felicidad comienza siempre con la propia decisión de
ser feliz, asumiendo la responsabilidad de esa elección.
Lo
cierto es que en el mundo de lo cotidiano encontramos dificultades, obstáculos
y limitaciones para hacer realidad un sueño, cumplir un deseo o simplemente
poder seguir nuestro camino sin perder el rumbo, y tendremos que elegir cada
vez más conscientemente entre dos actitudes:
Culpar al exterior y esperar a que
cambie, o nos hacemos participes de la frustrante realidad y ser cómplices de
ese cambio, tomando una decisión y asumir la responsabilidad de actuar en
coherencia con los deseos, afrontando el coste, el riesgo y el trabajo que
conlleva este camino.
No
se trata de perseguir lo que no tenemos ni de fantasear sobre lo felices que
seriamos si lo consiguiéramos. Se trata
d comprender de una vez para siempre que la felicidad depende de lo que sucede
de piel para adentro mucho más de lo que ocurre de la piel para afuera.
No
podemos hacer felices a otros y nadie puede hacernos feliz. Nadie puede hacer
por ti lo que solo tú puedes hacer por ti, y, una de esas cosas es ocuparte de
ser feliz.
“Con todo lo que tenía salí un día a
comprar un final feliz, pero como no encontré ninguno que me llenara por completo,
decidí invertirlo todo en comprarme un nuevo comienzo”
La
felicidad es la paz interior
No hay comentarios:
Publicar un comentario