Recibo vía mail, las noticias que publica el Consejo General de Enfermería y leo con indignación las declaraciones del Dr. Francisco Miralles, así como la respuesta que publica la Mesa Estatal de la Profesión y me apetece compartirlo con tod@s.
La Mesa Estatal
de la Profesión responde a Francisco Miralles, de CESM, que calificó la
enfermería como "profesión de rango inferior"
El pasado
sábado 31 de mayo, varios medios de comunicación sanitarios reproducían algunas
de las afirmaciones realizadas
por Francisco Miralles, presidente del sindicato médico CESM, en el marco
de una mesa redonda del XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de
Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Así, tal y como
reflejaban esos medios, en su participación en dicho debate, llegó a la errónea
conclusión de que la profesión enfermera “no puede liderar la gestión clínica,
tal y como proponen algunas comunidades autónomas como la andaluza, porque un
profesional con un rango inferior no puede estar por encima en una estructura
jerarquizada”.
Ante dichas
afirmaciones, la Mesa Estatal de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería y el Sindicato
de Enfermería SATSE quiere trasladar las siguientes
puntualizaciones:
1. Es
ciertamente lamentable que, a estas alturas todavía debamos corregir algunas
visiones paleolíticas y trasnochadas alrededor del trabajo multidisciplinar, de
hecho, el propio concepto de gestión clínica queda perfectamente configurado en
el artículo 10 de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias. Esta
norma establece claramente la inexistencia de dependencia y/o subordinación
alguna del enfermero al médico por razón, no solo de esa misma ley – que no
deja duda alguna a la autonomía que le es propia a ambos profesionales
facultativos–, sino también por la equivalencia e igualdad de sus titulaciones
académicas tanto a nivel de grado como de posgrado.
Se trata pues,
de unas afirmaciones que vienen a poner de manifiesto un absoluto
desconocimiento en tres materias muy concretas: la realidad actual tanto de la
profesión enfermera como de las relaciones interprofesionales en nuestra
sanidad; la legislación vigente en materia de ordenación profesional; y el
significado real de un concepto como es la gestión clínica, cada día más
presente en los sistemas sanitarios.
2. Es necesario
conocer, entre otros extremos la evolución en el ámbito tanto académico como
competencial sufrida por la profesión enfermera en los últimos veinte años. Un
proceso imparable que sitúa a las enfermeras españolas a la cabeza de la
enfermería mundial. Todavía esta realidad parece ser ignorada por aquellos que,
en pleno siglo XXI, entienden que la profesión enfermera es una profesión al
servicio de otra (la profesión médica) y no al servicio de la sociedad.
De este modo,
en el día a día, podemos encontrarnos y, de hecho, empieza a ser frecuente, una
enfermera que ostenta su título de doctor tras haber defendido su
correspondiente tesis doctoral, trabajando conjuntamente con un médico que no
ha avanzado más allá de su nivel básico para trabajar en el Sistema Nacional de
Salud. Son dos excelentes profesionales que no trabajan el uno para el otro,
sino ambos única y exclusivamente para el paciente.
3. Esta
nueva realidad enfermera ha sido convenientemente regulada en la legislación
española, y en este sentido cabe señalar la Ley de Ordenación de las
Profesiones Sanitarias, el Estatuto Marco y el Estatuto de la Enfermería
Española. Todas ellas normas fundamentales para el funcionamiento del Sistema Nacional
de Salud y que, por tanto, convendría que un presidente de un sindicato médico
de ámbito nacional conociese al detalle.
4. Cualquier
persona que tenga la oportunidad de acudir a algún hospital o centro de salud y
observar lo que allí sucede, verá cómo enfermeras y médicos ya trabajan con
absoluta normalidad de forma colaborativa, que no jerárquica, en pos de
conseguir las mayores cotas de seguridad clínica y calidad asistencial.
Y lo hacen
respetando el campo competencial de cada uno de ellos. Allí, se podría
comprobar cómo, en estos servicios, el coordinador o director es el profesional
que más méritos y conocimientos acumula, con independencia de su titulación
académica que en ambos casos es el grado.
5. Finalmente,
el último factor que se hace necesario analizar es el significado real del
concepto de la gestión clínica, de cara a ilustrar al Sr. Miralles para
posteriores intervenciones similares a la que tuvo. En este sentido, cabe
recalcar que se trata, ante todo, de un proceso centrado en el paciente y no en
las propias patologías, ni, por supuesto, en intereses profesionales o
corporativistas. Se revela, por tanto, como un proceso que busca garantizar la
sostenibilidad del sistema sanitario y mejorar la calidad asistencial, dos
metas absolutamente compatibles. De este modo, entendemos la gestión clínica
como una herramienta, no como un fin, siendo su objetivo alcanzar un sistema de
salud sostenible (basado en la excelencia como norma y no como resultado de
experiencias puntuales) y con eficiencia presupuestaria.
La naturaleza
propia de este modelo de gestión clínica ya deja sin argumentos las
afirmaciones vertidas, centradas en intereses puramente corporativistas a la
vez que profundamente retrógrados y trasnochados. Y es que si el objetivo de la
gestión clínica es focalizar y dirigir las acciones hacia los resultados en
salud de las personas racionalizando el gasto del sistema sanitario, el
profesional que debe liderar este proyecto es única y exclusivamente aquel que
esté más preparado por su experiencia, sus aptitudes y su preparación académica
y científica.
La intervención
a la que nos referimos no sólo pone de manifiesto un evidente desconocimiento
de la realidad jurídica, sanitaria y profesional, sino que, de no ser excusado
por esta ignorancia, resultaría una afrenta y una falta de respeto para los
260.000 enfermeros y enfermeras que con su trabajo diario están haciendo
posible que la sanidad española sea una de las mejores del mundo.
No obstante, la
gran mayoría de los profesionales médicos son perfectamente conscientes de esta
nueva realidad enfermera. No en vano, han sabido primero aceptarla y respetarla
para luego comprobar cómo, con una enfermería autónoma y científica, la
asistencia sanitaria al paciente ha mejorado profundamente en calidad y
seguridad.
Mesa Estatal de
la Profesión Enfermera
De profesión: ENFERMERA
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