¿Qué vas a
hacer para atraer la buena suerte?*
Richard
Wiseman es psicólogo y profesor de psicología de la Universidad de
Hertfordshire (Reino Unido). Un buen día se propuso estudiar cómo atraer la
buena suerte, e hizo un experimento, que repitió hasta la saciedad, con el
mismo y sorprendente resultado.
El
experimento es algo así: les pregunta a los estudiantes quiénes de ellos se
consideran afortunados y quiénes no. Y los separa en dos áreas de la sala.
A
todos les presenta un sencillo ejercicio, consistente en contar el número de
fotografías de una revista que les entrega.
¿El
resultado? Que los que se consideran afortunados acaban de contar las fotos
mucho antes que los demás, ¡y aciertan en el número!
¿Qué
ocurre? ¿Acaso pasan las páginas más rápido? ¡No!, sencillamente en la segunda
página, se fijan en que hay un texto que dice: “Deja de contar, hay 43
fotografías”.
Las
personas que se consideran más afortunadas, son personas que detectan mejor las
oportunidades, están más abiertas a captar información, se fijan más en lo que
ocurre a su alrededor, hablan con más gente, leen más, miran y escuchan con
mayor atención e intensidad, y, por tanto, encuentran más oportunidades.
El
destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que las jugamos
afirmaba con razón Shakespeare, porque la suerte depende del azar, pero la
buena suerte la crea uno mismo, no es un buen golpe de fortuna que llega una
vez en la vida, sino que uno la tiene siempre cerca de sí.
El
cerebro de los triunfadores actúa como un radar de oportunidades, no espera a
que las circunstancias ideales se presenten por si solas, sino que aplica toda
su capacidad para actuar, buscar y atender al máximo a la información que le
llega, para detectar y aprovechar así las oportunidades ocultas.
Así
pues, la primera regla de la suerte es que la buena suerte depende de uno
mismo, como ya afirmaba el dramaturgo Jacinto Benavente hace casi un siglo:
“Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la
suerte puede ser cuestión de talento”.
La
regla número dos es que, si ahora no tienes buena suerte, tal vez sea porque
tus circunstancias son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es
conveniente crear nuevas circunstancias, animarse a salir de la zona de
confort, de lo conocido y lo rutinario.
Las
oportunidades no llegan por cuestión de azar, sino que están ahí.
Los
que gozan de buena estrella también tratan de mejorar sus conocimientos y
habilidades, adoptando una actitud relajada y abierta a nuevas experiencias.
La
regla número tres es decidir ir a por la buena suerte y hacerlo ya. Muchos
dicen que quieren tener buena suerte, pero pocos son los que deciden ir a por
ella. Crear circunstancias para la buena
suerte requiere dar un primer paso, y no hay que postergarlo más.
La
regla número cuatro es perseverar, hay que tener paciencia y no abandonar.
Los
triunfadores reformulan los fracasos para que trabajen en su beneficio y saben
que cuando las cosas no salen como se planearon, el viaje no ha llegado
necesariamente a su fin, y que, de hecho, el fracaso suele esconder una
oportunidad.
El
resultado positivo que proyectan los optimistas no proviene de ignorar o negar
los problemas. Los optimistas asumen que los problemas son provisionales y
pueden resolverse, por lo que quieren de forma natural obtener más información
y hacer algo.
El
éxito requiere del tándem oportunidad y preparación, pero también del formado
por oportunidad y dedicación. Y en un tándem, si una falla, todas caemos.
Ladies: ¿Qué vamos
a hacer para atraer la buena suerte?
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